En la actual Premier League, ocupar uno de los cuatro puestos que dan acceso a jugar la Liga de Campeones se ha convertido en un objetivo tan prioritario para los grandes clubes como complicado de alcanzar, dada la cantidad de grandes proyectos que aspiran a una de esas cuatro plazas. La recuperación del Manchester United y la labor de Brendan Rodgers al frente del Leicester City están comprometiendo los puestos europeos de equipos como el Tottenham, el Liverpool, el Everton o el Arsenal. Y fue precisamente esta extraordinaria competitividad en la parte alta de la Premier League lo que llevó a la dirigencia del Chelsea a buscar un cambio de rumbo que evitara quedarse sin jugar la máxima competición continental.
Para ello, el conjunto de Stamford Bridge decidió prescindir de la leyenda del club, Frank Lampard, y pensó que el alemán Thomas Tuchel podría ser la solución. A su llegada, el equipo inglés atravesaba un momento delicado a la hora de imponer su idea de juego, pero sobre todas las demás variables su principal carencia residía en su competitividad, en su capacidad para dominar las áreas, ser un equipo que jugara junto y ser fiable a nivel defensivo. Y Thomas Tuchel decidió empezar por ahí.
Desde el 25 de enero, fecha en la que el exentrenador del Paris Saint-Germain y el Borussia Dortmund cambió el dibujo, pasando a utilizar un sistema de tres centrales y dos carrileros, en lugar de una línea de cuatro atrás, la transformación defensiva de los blues ha sido sensacional. Esta primera modificación ayudó al equipo a iniciar el juego con un hombre más y pasar a campo contrario con el balón controlado, posibilitando la creación de ventajas desde su posesión de balón y su presión tras pérdida. A su vez, tener un hombre más en el área ante los centros laterales contribuyó a reducir drásticamente el número de ocasiones en contra.
La cantidad de tiros recibidos por 90 minutos (7.68 < 9.02), los recibidos a puerta (2.32 < 2.77) y los goles esperados en contra (1.20 < 1.02), así como la cantidad de goles esperados por gol recibido, forzando a los rivales a tener ocasiones de mucha menos calidad, colocan al Chelsea como el equipo más fiable a nivel defensivo de toda la Premier League desde el fichaje de Tuchel. En 10 partidos de Premier, el Chelsea sólo ha encajado dos goles, los mismos que sumando los otro cuatro partidos jugados entre Champions League y FA Cup. En total, dos goles encajados en 14 encuentros.
En este profundo cambio defensivo, el último de sus hombres, Edouard Mendy, está contribuyendo con su gran colocación y frialdad ante las pocas situaciones que se le presentan, siendo uno de los porteros más seguros en la cobertura de la portería tanto en porcentaje de paradas, en total y dentro del área tiros recibidos por gol.
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