El fútbol vive un momento muy interesante en la confrontación de ideas y las corrientes tácticas que intentan apoderarse del balón y el espacio indistintamente. No es nada inusual que haya más tiempo y espacio para muchos equipos en campo contrario que en su propio campo, lo que evidencia un juego distinto, construido desde el portero. Con otras claves y otras formas de progresar, elaborar el juego y pasar al ataque.
El último entrenador en tomar aún más riesgos utiliza a los centrales de la siguiente forma:
Habitualmente los centrales son los jugadores que más pases dan por partido, con excepciones, en las que el mediocentro suma más. Sin embargo, lo más característico del Bolonia de Thiago Motta es su mapa de calor. Los centrales empiezan muy abajo, cerca del portero, y tiene. una movilidad constante hasta llegar al área contraria. Ricardo Calafiori y Sam Bekeuma representan uno de los cambios más sorprendentes de la temporada en las ligas europeas. Aunque en otros equipos viene sucediendo esto, como es el caso de Daley Blind en el Girona, ningún equipo suelta a sus centrales hasta posiciones de remate.
Su salida de balón rompe mucho de lo preestablecido. NO hay roles definidso y cualquier jugadore puede abandonar su posición aunque éste abandone zonas críticas o consideradas como teóricamente vitales, como son los centrales o el mediocentro. Esta forma de construir el juego le está reportando una continuidad defensiva muy productiva, pues no tiene la calidad suficiente para ganar muchos partidos y de forma clara. De hecho, suma hasta ocho porterías a cero. Es un equipo que se mantiene siempre vivo en los partidos y no recibe muchos goles.
De los 21 goles, 12 han llegado a través de asistencias, y en esa fluidez para progresar y crear espacios, el crecimiento y sensibilidad en el juego de Joshua Kirkzee está siendo fundamental. Su mapa de calor nos da pistas de la relevancia e influencia que tiene dentro del juego, descendiendo sobre el campo y conectando con los centrocampistas.
El radar de estilo nos da mucha información sobre un equipo. En esta comparación con la temporada pasada vemos cómo todos los indicadores de pase y elaboración han crecido, definiendo al Bolonia como un equipo que pasa más en corto, más veces por posesión, con menos balones largos, más tiempo de posesión y menos verticalidad. Un equipo marcado por su capacidad para pasar la pelota y encontrar espacios atrayendo la presión del rival.
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