¿Existe aún aquel box-to-box tan reconocible de principios de la década del 2000, cuando el doble pivote del 4-2-3-1 era el sistema más utilizado? Es probable que esa figura tan específica se haya ido perdiendo pero no en favor de algo concreto y demandado por el juego. Ahora los centrocampistas además de ser buenos en las áreas, el duelo aéreo o el remate, hacen más cosas y no son son vistos claramente con esa etiqueta. Podemos pensar en Jude Bellingham, que sería sin duda el acompañante de un mediocentro en un 4-2-3-1 de un equipo de 2005.
Seguramente un gran ejemplo de ello sería Federico Valverde, un box-to-box paradigmático, que además va haciendo más cosas, pero que, sin duda, es determinante recuperando balones, conduciendo la pelota y disparando cuando se acerca a la frontal. Encontrar un perfil así quizás no sea sencillo pero si uno tiene un rol en mente entre todos los que van surgiendo en el fútbol, puede moldearlo a través de la selección de métricas y su volumen y acierto en cada una de ellas.
Para ello es importante decidir qué parámetros nos parecen los más relevantes para identificar un perfil concreto. Si tenemos claro que buscamos un centrocampista dinámico que sea exitoso en los duelos en campo propio y genere disparos y progresiones de balón en campo rival como aspectos clave, podemos añadir y completar con diferentes métricas hasta obtener un perfil más específico. Por ejemplo, elegimos métricas y volúmenes que nos aseguren que estén por encima de la media en cada una de ellas:
Sí, no todos los centrocampistas con estas características y volúmenes son box-to-box y tampoco dejan de serlo aquellos que nod estacan en alguna de ellas, pero los datos posibilitan un marco de análisis y decisión muy flexible que nos acerca al perfil. Utilizando esas métricas hemos encontrado, por ejemplo, dos casos en los que seguramente estés de acuerdo con la etiqueta. Roberto Gagliardini y Christian Norgaard representan algo bastante parecido al centrocampista dinámico que podemos tener en la cabeza, y que cumplen de manera notable con tareas diferentes entre una fase defensiva y otra más ofensiva.
Los mapas de calor suponen una herramienta gráfica de apoyo interesante para contextualizar y consolidar los perfiles buscados. Además de Gagliardini o Norgaard, encontramos a Adrien Rabiot y Baptiste Santamaría. ¿Se parece como jugadores? La verdad es que no. El primero encaja mucho con el perfil más clásico de box-to-box, mientras el segundo es un jugador de ritmo alto peor más creativo en el pase y menos rematador .
Acostumbrarnos a utilizar datos para perfilar jugadores, depurar las métricas, encontrar similitudes para ir al video con un trabajo previo hecho resulta mucho más útil. Esta búsqueda ha sido realizada con una parte de todo lo que tenemos a nuestra disposición, lo que nos indica que los datos funcionan y pueden ser de un valor extraordinario en manos de grandes profesionales, con grandes conocimiento futbolísticos y de datos.
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