En su imparable ascenso como competición, el título de la Premier League se ha convertido en uno de los trofeos más disputados y difíciles de conquistar. La calidad de los contendientes y el número, cada vez mayor, de los que se suman a dicho grupo hacen del campeonato inglés la gran referencia europea en cuanto a nivel. Manchester City, Chelsea, Manchester United y Liverpool tienen como objetivo real, por presupuesto y expectativas, levantar la copa a finales de mayo.
Uno de ellos, el Liverpool, campeón en la temporada 2019-20 por primera vez desde la creación de la Premier League (1992), a punto estuvo de quedarse fuera de la Champions League tras la lesión de Virgin Van Dijk y las que vinieron después en el centro de la defensa. Si dicho desgaste podía conllevar un fin de ciclo, lo que está ocurriendo en esta temporada 2021-22 descarta esta opción por completo: Jürgen Klopp y sus chicos están batiendo sus propios registros.
Si bien hay que matizar que en la temporada 2019-20 el Liverpool no pudo mantener el mismo ritmo de juego que en los primeros meses, los datos reflejan que en este inicio de temporada el conjunto ‘red’ ha recuperado determinadas señales que lo hacen un equipo candidato a la Premier y Champions League. Esta es una comparativa completa, a nivel ofensivo, de las principales métricas a la hora de medir el rendimiento colectivo:
En esta espectacular recuperación tienen mucho que ver tres jugadores concretos que permiten activar las dos ideas más representativas del ‘modelo Klopp’: la capacidad para verticalizar desde posiciones muy retrasadas (Virgil Van Dijk + Trent Alexander-Arnold) y la capacidad para generar y convertir ocasiones de gol (Mo Salah), pudiendo escoger por dónde progresar para después presionar hacia delante.
La temporada pasada, la grave lesión del holandés Virgil Van Dijk repercutió en la moral, la profundidad de juego y solidez defensiva del que fuera campeón meses antes, situación que analizamos en ‘The Sunday Times’ en enero. Y su vuelta ha significado el efecto contrario, permitiendo al Liverpool correr en cualquier momento o cambiar de banda y ritmo con un solo pase. Un compás que llega a cualquier zona del campo.
No obstante, al mismo nivel de importancia hay que situar el momento de acierto y desequilibrio del egipcio Mohamed Salah, imparable en este arranque de temporada. Seguramente el jugador que sitúa el techo del equipo a través de sus goles, su proyección goleadora da serias razones al técnico alemán para competirle la Premier a Pep Guardiola y Thomas Tuchel, los dos últimos finalistas de la Champions League.
Como añadido, el rendimiento de Trent Alexander-Arnold sigue estando muy lejos del de cualquier lateral derecho. Su singularidad en el golpeo de balón y su imaginación para encontrar a jugadores al espacio completa un puzzle roto hace un año y que vuelve a encajar todas sus piezas. El inglés crea casi cuatro ocasiones por partido y genera más peligro que ningún otro lateral en las cinco grandes ligas.
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