Carlos Bianchi, Óscar Navarro Montoya, Omar Asad, Diego Pablo Simeone, Mauro Zárate, Nicolás Otamendi o Thiago Almada tienen tres cosas en común: fueron o son grandes futbolistas, son argentinos y se formaron en las categorías inferiores de Vélez Sarsfield, uno de los grandes clubes de Buenos Aires, campeón de la Libertadores en 1994 y siempre caracterizado por dar salida a jugadores de gran proyección nacional e internacional.
Esta historia está viviendo un presente nuevamente brillante bajo el liderazgo en el primer equipo de Alexander, el ‘Cacique’ Medina, quien de la mano de un grupo de jóvenes, y algunos no tan jóvenes, acaricia las semifinales de la Copa Libertadores tras el tanto anotado por Julián Fernández (2004) y tras eliminar a River Plate en octavos de final. Independientemente del resultado final, queda demostrada la apuesta actual por un plantel extremadamente joven.
El siguiente gráfico es interactivo pasando el cursor del ratón por cada círculo
Con esta visualización, que mide la juventud o veteranía de la plantilla, Vélez Sarsfield cuenta con más de la mitad de sus jugadores por debajo de los 23 años, si bien no todos tienen un gran protagonismo, con Medina han debutado jugadores como Mateo Seoane (18 años) o Gianluca Prestianni (16 años), y son pieza fundamental, por otro lado, jugadores como Valentín Gómez (19 años), Julián Fernández, autor del 3-2 ante Talleres, o los dos más brillantes de todos, Luca Orellano (22 años) y Máximo Perrone (19 años), junto a otros que forman parte activa de la rotación de la plantilla (Agustín Mulet, Damián Fernández, Abiel Osorio) sin olvidar a los de 23 años, Francisco Ortega y Nicolás Garayalde. Todo esto, por supuesto, tiene su germen en divisiones inferiores, de las que no pocos jugadores formados en el club son convocados por las inferiores de la selección argentina, como los más recientes: el talentosísimo Gianluca Prestianni, Ale Sarco o José Manuel Villalba para el sub-17.
En lo referente al primer equipo, y apoyándose en veteranos como Pratto, Hoyos o Godín, no deja de ser un hecho extraordinario que un equipo tan joven esté cerca de luchar por el máximo título continental del fútbol sudamericano, explicando el buen trabajo realizado desde la base por el club. Entre todos los mencionados, el más destacado es Máximo Perrone, mediocentro que ha relegado al banquillo a Santiago Cáseres y que deslumbra por su indistinta capacidad para brillar tanto en la contención como la distribución, convirtiéndose en uno de los mejores talentos de toda Sudamérica en la recuperación del balón.
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