Aunque la evolución del fútbol está cambiando algunas de las funciones pensadas para cada posición, hay algunas que son esenciales en cada una de ellas. Siempre será importante medir lo más relevante, por ejemplo el regate en un extremo o la efectividad en un delantero, pero hay muchas formas de mirar más allá. Con los laterales, una posición que realiza funciones muy diferentes a las del pasado, siempre podemos medir mucho más que sus duelos defensivos o su porcentaje de centros.
En Driblab contamos con métricas muy útiles para conocer cómo de profundos son los laterales, una situación siempre importante que podemos dar por sentado en un extremo o delantero. Lo verdaderamente relevante de hacerlo con un lateral, y que nos sirve para reforzar el motivo por el que analizarlo en este texto, es que con ello también podemos calibrar, como añadido, el estilo de un equipo a nivel ofensivo. Para ello contamos con dos métricas, complementarias entre sí: Profundidad, referida a los últimos 21 metros del campo, el último quinto del campo, y Profundidad en el último tercio, referida a los últimos 35 metros.
Esta diferenciación es mucho más importante de lo que pueda parecer, pues separa situaciones más estáticas y de elaboración (últimos 35 metros) de otras donde el lateral suele cambiar de ritmo y recibe cerca de la línea de fondo para centrar al área y/o generar ocasiones de gol (últimos 21 metros). Que un lateral aparezca con muy buenos números en estas dos métricas, y especialmente en Profundidad (últimos 21 metros), nos indicará su frecuencia ofensiva y su importancia dentro del ataque del equipo.
La estadística en el radar suma el número de veces que el jugador alcanza el último tercio o último quinto del campo más el número de veces que el jugador tiene el control del balón en dicha zona. En el radar de arriba, uno de los ejemplos más relevantes en cuanto a lateral profundo se refiere: Alphonso Davies, uno de los laterales más profundos de las cinco grandes ligas europeas y ejemplo de cómo funciona la métrica. El canadiense supera hasta en cinco ocasiones por 90 minutos al 10% mejor de los laterales más profundos en dichas ligas, con más de 35 apariciones en el último tercio por 90 minutos.
Como siempre decimos, hay muchas maneras de medir una situación de juego. En esta ocasión, el mapa de calor nos puede acercar a medir la profundidad de un lateral, también la progresión de balón por pase o conducción o la cantidad de centros completados por 90 minutos, pero con estas dos métricas sabremos con exactitud cuál es la vocación de un lateral y con qué frecuencia puede situarse en los últimos metros del campo para generar peligro.
Uniendo las dos métricas podemos saber qué lateral pisa campo contrario con frecuencia pero se detiene antes de llegar al área, como es el caso de Alexander-Arnold o Joao Cancelo. Los dos no profundizan como lo hace Alphonso Davies, líder en veces que llegó a los últimos 21 metros, pero sí aparecen como líderes en los últimos 35 metros, influyendo enormemente en la fase de elaboración y en los últimos y penúltimos pases.
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