«La próxima revolución vendrá a través de los porteros; quien se atreva a sacarlo del área y jugar como si fuera un jugador más, comenzará a cambiar las reglas». Pep Guardiola pensaba así en una entrevista no muy lejana cuando le preguntaron sobre el próximo paso que podría cambiar el juego en la lucha interna que el fútbol vive por dominar la pelota y contrarrestar la sofisticación y organización de los equipos que buscan recuperarla.
No hace precisamente mucho que el Ajax de Erik ten Hag generó un impacto muy positivo en lo referente a la organización con balón y al papel del portero, un André Onana que puede anticipar el papel de algunos porteros -ya lo hemos visto-, por más que su comportamiento es demasiado extremo en muchos momentos. Estos mapas del portero del Inter de Milan ejemplifican lo que decía Guardiola: Onana sumó un 20% de sus pases fuera del área (mapa 1), con un mapa de calor (2) y redes de pases (3) en partidos puntuales que visualizaban muy bien el papel que tenía Onana en el conjunto ajacied.

Vale, Onana quizás no sea un ejemplo paradigmático, hasta el punto de dejar fotos como esta en el pasado Mundial de Qatar, cuestionando incluso las directrices de su entrenador, marchándose de la convocatoria de su selección, pero sin duda sirve como laboratorio de un futuro posible. Veremos si probable, como cree Guardiola. O el propio Manuel Neuer (a la derecha), otro precursor del portero-jugador.

Mientras todo eso se sucede o no, lo que sí es una certeza es el papel del portero con los pies. Es una realidad que el guardameta ya es parte crucial de los principios de juego de un equipo que quiere generar ventajas con la pelota desde el primer pase y saque de puerta. No es casualidad que los mejores talentos en este sentido estén en las mejores porterías de Europa o que aquellos que no tenían un don natural en dicha faceta, acaben por mejorar de manera extraordinaria, caso de Thibaut Courtois.

En estos dos gráficos podemos cruzar el porcentaje de retención de balón con los pases hacia delante acertados (gráfico 1), así como los pases largos completados, en porcentaje, con el porcentaje de pases en total (gráfico 2). Actualmente, en equipos donde el talento individual y el del entrenador se alinean para tener más tiempo la pelota y conservarla con mayor éxito y precisión, los porteros no sólo inician muchas más veces por raso sino que reciben la pelota en un número mucho mayor. No sólo deben pasarla bien sino interpretar cómo presiona el rival para encontrar al hombre libre, por lejos que esté.

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