Hace poco más de un año, analizamos en Driblab el fichaje de Darwin Nuñez por el Benfica. El uruguayo había dejado trazos de un potencial extraordinario que los lisboetas supieron ver y por el terminaron apostando. En aquel análisis realizamos un perfil completo de un jugador que poco a poco estaba cambiando su forma de jugar. Un generador de juego que paulatinamente iba progresando para convertirse en un finalizador.
¿Qué ha ocurrido con el rendimiento del uruguayo en todo este tiempo?
En nuestro anterior análisis apuntamos los rasgos de un atacante atípico para la envergadura que tiene Darwin. Un jugador capaz de fabricarse sus propias jugadas, de desbordar rivales y asistir a otros compañeros, que tenía y tiene una gran capacidad para encontrarse con el portero pero serias dificultades para batirlo con claridad.

Por eso, su evolución, como apuntamos en su momento, ha ido encaminada para paliar exactamente ese déficit, y el que precisamente le puede valer para situarse entre los mejores delanteros centro del próximo lustro. Pagados 25 millones en su momento al Almería, ¿cuánto valdría hoy a sus 22 años?
La evolución, como dicen nuestra base de datos, parece clara, modificando una acción concreta -asistencias esperadas; generador de juego- por otra más trascendental para un delantero -goles esperados y determinación en la definición-. Pero lo que no cambia es su naturaleza como jugador: continúa dando muchos toques dentro del área, síntoma de su calidad y movilidad para entrar por pasillos y ganar espacios a los centrales pero sobre todo aprovechando la confianza que está sumando al ser más efectivo para atreverse con muchos más regates (regatea con éxito un 25% más que la temporada pasada).

Como vemos en el gráfico, su mejoría en la finalización. es extraordinaria, tanto en la creación de goles esperados como en su capacidad para finalizar. Si tanto en Uruguay como en Almería fallaba demasiadas ocasiones claras, su inicio de temporada a las órdenes de Jorge Jesús está demostrando que ha ganado tranquilidad y jerarquía en el mano a mano y en los disparos a portería.

De esta forma, los datos nos dan la posibilidad de poder analizar con unas cuantas búsquedas el rendimiento del jugador en un periodo de tiempo corto o largo e incluso intuir por dónde puede ir la evolución de un futbolista si el volumen de determinados datos se mantiene pero la efectividad tiene margen de mejora.
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