Seguramente Eder Militao estaba destinado a triunfar en un gran club europeo. Sus características físicas y defensivas mostradas en Sao Paulo, primero como central y después como lateral derecho, y posteriormente en el Porto, donde se mostró como un defensa central dominante en Portugal, evidenciaron que el brasileño pronto daría un salto a una gran liga. Quizás el propio jugador no esperaba llegar al campeón de 13 Copas de Europa, y que por eso tuvo que esperar su momento con Varane y Ramos como líderes de la zaga.
Debemos entender que una plataforma de datos genera una forma de analizar el rendimiento pero después la visión humana completa la lectura del mismo: el rendimiento del jugador hay que interpretarlo en base a su contexto. Podemos hablar, por tanto, de ver un radar o mirar un radar. Conceptos diferentes que a la vez son consecutivos. Primero se sucede la vista y después la mirada. Vamos a explicarlo con el caso de Eder Militao.
Por su naturaleza como jugador, Eder Militao destacó en Brasil por su exuberancia física y su protagonismo como defensor, acudiendo a muchas disputas, tanto hacia adelante como hacia los costados. Su concepto defensivo más utilizado, el que le salía más natural por su poderío, acentuado en su desempeño como lateral (Brasileirao 2018, Sao Paulo), era el ‘tackle’, marcando diferencias por físico y talento para meter el pie, recuperando la posición gracias a su explosividad en espacios amplios y también utilizando su capacidad de salto para ganar duelos aéreos. El potencial estaba ahí pero el fútbol en Brasil se basa más en disputas individuales y la defensa y cobertura de espacios muy grandes a través de la velocidad y el ímpetu, por lo que quedaba comprobar si el fútbol europeo, más organizado, podía condicionarle.
Mientras en Portugal su rendimiento se adaptó rápido a un club grande, el siguiente escalón en el Real Madrid supuso para Militao una etapa partida en dos. En la primera tuvo pocos minutos y confusión dentro del equipo y en la segunda etapa una serie de partidos consecutivos despertaron el potencial y conectó todas las piezas, como refleja el radar de sus 1712 minutos de la 2020/21, siendo una de las grandes noticias del equipo. Es ahora, asentado como titular y con nuevo entrenador, donde es momento de contextualizar las métricas.
Mientras todas las atenciones se centran en David Alaba, el conjunto de Carlo Ancelotti está pasando algunos problemas de adaptación defensiva a lo que pide el técnico y realizaban los jugadores. Hay que acudir al nivel pero también a la forma para saber por qué el radar de Militao está cambiando en estos primeros partidos. Con balón, Militao está dando y acertando muchos menos balones en largo, seguramente porque Ancelotti da mucho más valor a la salida en corto y porque Alaba absorbe mucha de esa responsabilidad.
La segunda y más importante es que sus datos defensivos han bajado (% de duelos aéreos, tackles, intercepciones y despejes) y eso, salvo en los duelos aéreos, que seguramente mejoren con el paso de los partidos, tiene que ver más con el estilo defensivo de Carlo Ancelotti. Aunque fue entrenador por Carletto, Zinedine Zidane se caracterizó por dar importancia a la presión y defender hacia delante. Mientras, Ancelotti prefiere una calma mayor en los duelos individuales, educando a sus defensores a mantener la posición y no acudir al robo y quedar eliminado de las jugadas. A falta de ajustar su presión tras pérdida, el rendimiento de Militao puede ser igual de bueno pero en el radar, además de ser visto, debe ser mirado: el Real Madrid está defendiendo de otra forma.
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